Sin duda, uno de los lugares más hermosos que he conocido en Colombia ha sido este paraíso playero en la tierra del río Sinú, por eso hoy quiero contarles cómo llegar a San Bernardo del Viento desde Bogotá. Empecemos desde este preciso momento en que les escribo esta nota:
Luego de pasar tres días en San Bernardo del Viento he vuelto a casa. Les confieso que empezar esta entrada en medio del estrés bogotano me ha resultado todo un reto.
Pero tranquilos. Voy a escuchar Wavves, me inspiraré en sus guitarras playeras y les contaré cómo llegar a San Bernardo del Viento y todo acerca de la experiencia de viaje más gratificante que he tenido en mucho tiempo.
Todo empezó cuando me encontré, hace poco más de un mes, en un punto de insoportabilidad con la Bogotá mejor para todos.
Se puso cada vez más difícil separarse de las rutinas para encontrar un momento de escribir, disfrutar del paisaje o no tener pensamientos como el de «putiar» a los demás pasajeros con quienes se comparte el servicio público de transporte, día, tras día, tras día…
Y sucedió un ¡Basta! un ¡Me cansé! y un ¡Me voy para la playa!
Cómo llegar a San Bernardo del Viento, primera parada: Montería
Así fue como aterricé en la capital del departamento de Córdoba: Montería.
Cuando llegué una melancolía incipiente invadió mis expectativas. La remembranza de mi niñez, que por momentos disfrutaba de la paz del campo se hicieron evidentes. La emoción se hizo manifiesto y me empujo a descargar el peso de la vida bogotana para poder dejarla a un lado y ser feliz.
De Monteria a Lorica
15 minutos luego de haber aterrizado, nos embarcarnos hacia Santa Cruz de Lorica, conocida también como “La capital del Bocachico”. Una población de 54 mil habitantes, ubicada en el curso del Río Sinú, a 30 minutos en bus de la capital cordobesa.
En este punto en el que les cuento cómo llegar a San Bernardo del Viento, es importante decirles, que para mi la mejor opción es tomar este bus. ¿Qué deben hacer para tomarlo? Muy sencillo, salir del aeropuerto y caminar el trayecto hasta la vía principal. Allí encontrarán un paradero y sabrán cuál es el bus, porque el voceador y acompañante del conductor se los hará saber con un grito contundente que dirá «Lorica». Costo del bus: aproximadamente unos $7.000 o menos.
En el trayecto se alcanzan a observar las ciénagas y los esplendorosos manglares característicos del litoral costeño.
Al llegar a Lorica, el calor se hizo palpable y las motos en maratón hicieron presencia.
En el cómo llegar a San Bernardo del Viento están permitidos todos los desvíos que permitan saborear el auténtico sazón costeño. Por eso no podíamos irnos de allí, sin conocer La plaza de mercado. Un lugar inspirador al lado del río Sinú, considerada patrimonio arquitectónico y cultural de Colombia.
De verdad que es un paso inútil irse de allí sin comer un buen sancocho de pescado de ciénaga (Bocachico por supuesto). No olviden acompañar con suero costeño por favor.
Rumbo a nuestra tercera parada, les cuento que para saber cómo llegar a San Bernardo del Viento, también deben saber qué compras hacer en cada lugar. En Lorica es fundamental comprar agua potable, toldo o mosquitero.
Cómo llegar a San Bernardo del Viento: Vamo’ pa’ la playa
Con la panza llena y el corazón bien contento, tomamos un taxi en el terminal de Lorica que nos llevó hasta San Bernardo Del Viento. Este transporte no debe superar los $10.000 ya que es trayecto es muy corto.

San Bernardo del Viento es un pueblo que me hizo recordar un poco a las calles de Corozal (Sucre, departamento vecino).
Con casas de un solo piso y terrazas frontales, en las que se les suele ver a los viejos descansando en su mecedora, mientras se regocijan en la brisa de la tarde.
Ya sabemos como llegar a San Bernardo del Viento y desde aquí ya les será muy fácil buscar o llegar a su hospedaje en las playas de este corregimiento, lo cual por supuesto siempre es mi objetivo: ¡Siempre playa!
Compras claves en San Bernardo del Viento: Ron Medellín añejo (Como buenos piratas)
¡Bienvenidos a Sir Mangle Beach Hostel!
Último recorrido en moto. Un viaje de 15 minutos desde el pueblo de San Bernardo del Viento en el cual hay que indicarle al conductor el destino. En nuestro caso, nos dirigíamos hacia el Hostel Sir Mangle, vía Los Tambos.
Y llegamos. A un paraíso perdido en medio de las Playas del viento, como es conocido el lugar.

Sir Mangle, sin duda es un lugar donde la paz y el buen vivir se presencia a cada paso. Un sitio para convivir y ser felices con los que más se quiere y con aquellos a quienes recién se conoce para ser queridos toda la vida.


Nos instalamos y salimos a conocer la playa en donde nos encontramos kilómetros infinitos de paz costera. Qué delicia.
Primer día marcado por un mar tranquilo, con olas plácidas y una temperatura más que amena.
“La mejor cazuela de mariscos”

Cuando te dicen eso, sabes que en definitiva es algo que no te puedes perder. Por eso y por las maravillas que nos contaban de la llamada Isla Fuerte, ubicada a 30 minutos en lancha de las playas del viento, decidimos embarcarnos hacia allí ($40.000 en temporada baja).
9:00 A.M. desembarcando en Isla Fuerte.
Nos recibe “Doña Tere” con una sonrisota que nos hace sentir bienvenidos, nos prepara una arepa e’ huevo y le hablamos de lo famosa que es su cazuela de mariscos; una que por supuesto no podíamos dejar de probar.
Pero eso sería para almorzar. Ahora, era momento de conocer la isla.

Seguimos los consejos de los isleños y emprendimos el camino hacia Playa Cebollete, un lugar tranquilo en donde se puede disfrutar del sol y de un mar sereno, de esos que no se quiere dejar nunca.
12:00 p.m. y la isla parece desierta.
Al parecer, nadie se atreve a exponerse al sol implacable de la hora. Lo que nos lleva a esperar el tiempo con unas cervezas en La Playita, uno de los hostels más lindos y acogedores del lugar, frecuentado principalmente por huéspedes europeos.

Al llegar a donde “Doña Tere” después de que el sol bajara su inminencia, el sonido del picó se hizo presente, nada mejor para amenizar el almuerzo caribeño. Momento estrella del viaje, sin duda.
Ya de nuevo en las Playas del viento, despedimos la aventura con un atardecer de esos que bombean el corazón. En la noche una pequeña tormenta se unió a la melancolía de no querer regresar.
Pero lo hicimos, regresamos para poder volver… nos vemos pronto San Bernardo del viento.
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